El porqué soy pintora
A lo largo de mi vida muchas veces me he preguntado por qué soy pintora y no cocinera, doctora, monja, o arquitecta, ingeniera de caminos, profesora o minera. Será por el destino. No creo en el destino, pero es una pregunta que no obtiene respuesta.
Me gusta el color, pero también el blanco, el negro y los matices grises. Me gusta la composición, pero también la linea y la mancha. Me gusta el dibujo pero también el volumen y los espacios. Me gusta la vida, pero también la muerte y le tengo cariño y respeto tanto a una como a la otra. Me gusta la pintura pero también la fotografía, la escultura y el movimiento del cine, y cocinar. Me gusta crear algo distinto de la realidad que me circunda y envuelve. Por eso debo ser artista, aunque no siempre mi vida me lo ha puesto fácil para poder expresarme a través del arte plástico, (familia con sus responsabilidades, trabajo no siempre muy creativo pero agotador,...) pero me ha llenado de vida para que en otro momento pueda llenar una tela en blanco, un papel o un guión o inventarme un nuevo plato exquisito.
Y quiero seguir siendo pintora. Toda mi vida, hasta mi último aliento, hasta el final. Ahora toca presentar la web, es como la mitad del camino recorrido, toca presentaciones. La otra mitad, la que aún se ha de escribir, será la mejor; tengo ganas, más tiempo y no se me acaban las fuerzas. Con profundidad, con amplitud, con madurez aunque con la admiración de una niña que abre por primera vez los ojos al señor mundo.